Fue presa de una locura la cual no había nacido, era la misma que anteayer le helaba los huesos.
Ese día, Dios no quiso asistir al nacimiento del verbo, quedo e inerme, pasó sus siete días observando cómo los poetas construían el mundo, y él, altivo y distante de lo humano como siempre solía ser, fue transformado en gloria por los hombres, sin saber que la misma, era una estatua donde acudían a cagar ciertos significantes...
1 comentario:
Aunque lo que he podido leer de ti se caracteriza por, en buena forma, su simpleza y que llegan a ser poco presuntuosos, en este lo voy a resaltar. Me gusta bastante, sobretodo porque algunos poetas tienden a desarrollar ese 'cinismo' que tanto molesta en los escritos.
Es bonito cómo en pocas líneas creas una historia que es delicioso completarla en tu mente :)
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