miércoles, 24 de noviembre de 2010

Culpable de sí mismo...


Fue presa de una locura la cual no había nacido, era la misma que anteayer le helaba los huesos.

Ese día, Dios no quiso asistir al nacimiento del verbo, quedo e inerme, pasó sus siete días observando cómo los poetas construían el mundo, y él, altivo y distante de lo humano como siempre solía ser, fue transformado en gloria por los hombres, sin saber que la misma, era una estatua donde acudían a cagar ciertos significantes...

1 comentario:

Linda29693 dijo...

Aunque lo que he podido leer de ti se caracteriza por, en buena forma, su simpleza y que llegan a ser poco presuntuosos, en este lo voy a resaltar. Me gusta bastante, sobretodo porque algunos poetas tienden a desarrollar ese 'cinismo' que tanto molesta en los escritos.

Es bonito cómo en pocas líneas creas una historia que es delicioso completarla en tu mente :)